Tú nos dijiste que la muerte no es el final del camino, que aunque morimos no somos, carne de un ciego destino.
Tú nos hiciste, tuyos somos,
nuestro destino es vivir,
siendo felices contigo,
sin padecer ni morir.
Siendo felices contigo,
sin padecer ni morir.
Cuando la pena nos alcanza por un hermano perdido cuando el adiós dolorido busca en la Fe su esperanza. En Tu palabra confiamos con la certeza que Tú ya le has devuelto a la vida, ya le has llevado a la luz. Ya le has devuelto a la vida, ya le has llevado a la luz
Cuando, Señor, resucitaste,
todos vencimos contigo
nos regalaste la vida,
como en Betania al amigo.
Si caminamos a tu lado,
no va a faltarnos tu amor,
porque muriendo vivimos
vida más clara y mejor.
Porque muriendo vivimos
vida más clara y mejor.
El ronquido puede ser difícil de erradicar, pero para aquellos casos en que el problema no se ha hecho crónico sino que se trata de algo puntual –por haber cogido algo de peso o por estar resfriado– algunas medidas muy fáciles de aplicar pueden dar alivio al que ronca y al que soporta esos ruidos. Para ampliar información consulta el siguiente enlace:
Hemos adornado nuestro árbol, hemos preparado la cena, hemos encendido las velas... abramos nuestro corazón a Dios y dejemos que habite en él. ¡¡FELIZ NAVIDAD!!